MOMENTOS DE VIDA

Nuestros hijos

Acuerdos para la sana convivencia familiar

Agosto, 2018

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El poner las cosas por escrito, siempre les da más peso y formalidad, y cuando estamos en la misión de educar a los hijos, tener reglas y contratos por escrito puede hacer la convivencia familiar más llevadera y armoniosa.

Para que estos reglamentos funcionen, debemos de conocer las capacidades de nuestros hijos, y hacer reglas que vayan de acuerdo a su etapa de desarrollo.

  • Para niños de preescolar:
    Les puedes hacer un cartel con dibujos o recortes que muestre su rutina de la tarde. Por ejemplo: puedes hacer una hoja que muestre que en la tarde tiene tiempo de jugar, luego debe bañarse, ponerse la pijama, cenar, ir al baño y dormir.
    Para los niños de esta edad, es difícil entender la dimensión del tiempo, pero tienen toda la capacidad para entender una secuencia. El poder saber qué es lo que sigue y qué se espera de ellos, puede hacer que la rutina sea más fácil de seguir.
  • Con niños de primaria:
    Puedes hacer lo mismo, pero con palabras, ya no es necesario usar dibujos.
    Pensemos que tu hijo te pidió tener un perrito y quieres que realmente se comprometa a cuidarlo: pueden escribir un contrato entre padres e hijos en donde cada uno se comprometa a tener ciertos cuidados con la nueva mascota. Esto hará que tus hijos se vayan responsabilizando y le den valor a su palabra y compromiso.
    Hacer que firmen con su nombre, inicial, huella digital o con un dibujo, hace que se sientan parte importante del acuerdo, da seriedad al asunto y fomenta la responsabilidad.
  • Con adolescentes:
    Aquí es importantísimo que haya quedado claro que en casa hay límites, consecuencias y que los compromisos se cumplen. Con los adolescentes, es importante tener reglas muy claras con respecto al uso del celular, manejo de redes sociales, salidas con amigos, permisos para las fiestas, horas de llegada, etc.

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En casa siempre puede haber reglas básicas para todos, como “no puedes salir de casa si tu cama está destendida” o “cada quien recoge y lava sus platos”.

Los reglamentos y contratos deben de tener la finalidad de dar un orden a la vida en familia y de permitir vivir con libertad sabiendo en dónde están los límites. Los reglamentos deben de estar “vivos”, ser dinámicos, y se pueden ir transformando junto con la vida de la familia.

Ten cuidado de no caer en un exceso, ya que cuando se abusa de estas herramientas, los hijos pueden sentir que toda su vida está coartada por reglamentos y limitaciones.

El vínculo que une a una auténtica familia no es de sangre, sino de respeto y alegría mutua
Richard Bach

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