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Vive la tercera edad de forma saludable

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Después de los 60 años, el objetivo no es detener el envejecimiento, sino darle a nuestro organismo las herramientas necesarias para vivir lo más sanamente posible.

Es verdad: el transcurrir del tiempo es irreversible y nuestro cuerpo está atravesando, con más rapidez que antes, por un conjunto de cambios que resultan en una disminución de la capacidad de adaptación de cada uno de nuestros órganos, aparatos y sistemas.

Con una vida rica en experiencias y sensaciones, nuestra maquinaria es más lenta, le cuesta más trabajo reponerse del uso que tal vez, en otras épocas, fue un juego de niños, pero que hoy implica un esfuerzo importante. Pero eso no quiere decir que no seamos los de antes, solo hay que cuidarnos más.

Cuando nos convertimos en adultos mayores se puede percibir un deterioro físico general que se manifiesta con alteraciones de sueño, disminución de la agudeza visual y auditiva, articulaciones rígidas, pérdida de masa muscular y ósea, digestión lenta, incontinencia debido a la disminución de la función renal y la capacidad de la vejiga, aumento de la presión arterial ya que estas pierden elasticidad, menos eficacia de los sistemas endócrino (baja la producción de hormonas), nervioso (se manifiesta con lentitud de los procesos cognitivos) e inmunológico (se es más susceptible a enfermedades infecciosas).

Para evitar que el proceso natural de envejecimiento se convierta en una o varias enfermedades crónicas es necesario darle mantenimiento constante a tu organismo con una alimentación sana, ejercicio leve que fortalezca los músculos sin dañar las articulaciones y chequeos periódicos. También es esencial que tu entorno, casa y trabajo, sean accesibles y seguros.

A continuación, consejos para vivir una tercera edad plena y segura:

  • Procura que tu dieta sea rica en frutas, verduras, pescado y aceite de oliva, baja en hidratos de carbono y grasas. Recuerda que tu organismo redujo su ritmo de trabajo y debes tener más cuidado con tu alimentación.
  • Haz ejercicios de baja intensidad como natación, yoga, taichí o pilates. Con una rutina constante, mantendrás tus músculos fortalecidos y evitarás una pérdida considerable de movilidad y agilidad.
  • Realízate chequeos médicos cada seis meses (análisis completo de sangre, electrocardiograma, presión arterial y peso), y consulta con tu especialista qué suplementos nutricionales deben complementar tu alimentación. Recuerda que con el tiempo tu cuerpo pierde masa ósea y necesitas más calcio.
  • Vacúnate contra la influenza estacional (cada año), la neumonía por neumococo (cada cinco), y tétanos y difteria (cada diez años). Tu sistema inmunológico también ha bajado su capacidad, por lo que debes prevenir futuras enfermedades infecciosas que puedan complicarse.
  • Acondiciona tu vivienda y entorno para evitar caídas: rampas, buena iluminación, barras para sostenerse, adhesivos o acabados en el piso para no resbalarse.

“La riqueza verdadera es la salud y no las piezas de oro y plata”
Mahatma Gandhi

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