Mi vida sin pareja
Tú, como mamá soltera, debes tomar el lugar que te toca. De ti dependerá la organización, las grandes decisiones, estrategias, los puntos de partida para empezar nuevos retos, las opiniones, aprobaciones y las opciones de tu familia en casa. Asume tu liderazgo, recuerda que a un líder se le sigue por sus enseñanzas, por la forma en que actúa y resuelve los problemas, la claridad con la que habla, la rectitud y congruencia en su conducta.
Organiza tu vida
Para administrar tu casa, debes involucrar a todos lo que vivan contigo. Dales a tus hijos la libertad de hacer tareas en las que se sientan útiles y satisfechos, con las cuales asuman retos, y asígnales actividades a realizar obligatoriamente para que la casa marche armoniosamente. Algunas pautas que pueden ayudar a organizarte mejor:
- Lleva una agenda diaria.
- Planea tu día a día para que aproveches tu tiempo al máximo.
- Haz limpieza a fondo una vez al año y desecha todo aquello que ya no uses.
- Pon en orden tus documentos personales y los de tus hijos.
- Coloca un pequeño pizarrón en la cocina para anotar lo que necesitas. Realiza las compras una vez por semana.
- Utiliza, en lo posible, la tecnología para realizar compras y pagar tus gastos. Esto te ahorrará tiempo.
- Trata de no sacrificar lo importante por lo urgente. Importante es realizarte un chequeo médico, visitar a un familiar; urgente es pagar la luz o el gas.
- Haz una planeación anual de lo que te gustaría hacer, vivir o disfrutar.
- Sé flexible con lo anterior para que vivas más tranquila. Organizar tu vida te ayudará a cumplir tus metas más fácilmente.
Tiempo para ti
Como madre soltera puedes llegar a exigirte de más, sobre ti cae toda la responsabilidad de la familia, tanto económica como emocional, por lo que dejas al último tu bienestar, salud, deseos y metas propias. Piensa primero en ti y así estarás bien con tus hijos.
- Madres multitareas
¿Cuántas veces te has sorprendido haciendo varias cosas a la vez? Revisar la tarea de tus hijos, estar al pendiente de la sopa y pensando lo que tienes que hacer al día siguiente.
Las mujeres tenemos la capacidad de hacer más de una cosa al mismo tiempo. Esto se debe al diseño de nuestro cerebro, en el que utilizamos los dos hemisferios cerebrales más eficientemente que los hombres. Sin embargo, no debemos abusar de nuestras capacidades o exigirnos de más, ya que esto nos hará sentir frustración. Siéntete satisfecha con lo que has logrado y realizado con amor. Aunque claro que debes cumplir con todas tus obligaciones y responsabilidades como madre y cabeza de familia, es de vital importancia que dediques un tiempo para ti misma. Media hora diaria o unas horas durante el fin de semana para cargar pilas y sentirte renovada.
Cuida tu salud, tus emociones y tu persona. Siéntete bien contigo misma. Toma alguna clase de baile, yoga o natación, sal con amigas, visita algún lugar que te interese o simplemente relájate en tu casa y descansa. Una vida en equilibrio requiere de este maravilloso tiempo en que distraigas la mente y salgas de tu rutina completamente.
Comunicación efectiva y afectiva
Como mamás tenemos que alargar los minutos y las horas, el tiempo a veces no es suficiente, por lo que la comunicación tiene que ser efectiva, sin perder el afecto, la cercanía, la empatía, la escucha atenta, el estar con el otro en cuerpo y alma. Esta interacción no es solo verbal (lo que se habla) sino también aquello que se expresa a través de gestos, ademanes, miradas o posturas.- Existen niveles de comunicación en las familias que pueden ayudarte a saber cómo se da en la tuya:
- Nivel superficial: viven juntos, pero no coinciden, cuando están reunidos hacen otra actividad en lugar de platicar entre sí. Los temas que se tocan son banales, se preguntan cosas como ¿hay mucho tráfico?, ¿qué hay de comer? La mamá trabaja y cada hijo está por su lado. No hay unión.
- Nivel intermedio: aparentemente están unidos, a veces comparten conversaciones, consejos y opiniones; pero no existe intimidad, cada quien está ensimismado.
- Nivel profundo: se vive en familia, comparten por lo menos una comida al día, hay reuniones familiares, se escuchan, ayudan y tienen confianza.
Como cabeza de tu familia, debes buscar la comunicación profunda, ahondar en lo que quieren, piensan y sienten tus hijos, y comunicarles también tus sentimientos, deseos y expectativas.
- Eleva tu autoestima
La autoestima es el conjunto de percepciones, imágenes, pensamientos y juicios que tenemos sobre nosotros mismos. Se va desarrollando a lo largo de nuestra vida y es construida a partir de las experiencias que tenemos y el contexto en el que nos encontramos. No es innata y se puede modificar. Es alta si te aprecias como persona, o baja si no te quieres o no te reconoces a ti misma.
Tener una autoestima saludable te da la posibilidad de valorarte, sentirte bien con lo que eres, confiar en ti misma, crecer integralmente y decirle sí a la vida a pesar de los obstáculos. Cada experiencia de vida es un aprendizaje.
Si tú te sientes bien contigo misma, podrás ayudar a elevar la autoestima de tus hijos. No porque no tengan a un padre presente o que los ha abandonado, deben sentir que valen menos, y no porque no tienes una pareja o eres madre soltera, eres inferior a los demás. No permitas que los juicios que puedan haber en la escuela, trabajo e incluso en tu propia familia te afecten y te aíslen. Tú y tus hijos son valiosos, con sus fortalezas, capacidades, y limitaciones. Créelo y transmíteles lo mismo.
- ¿Y si aparece una nueva pareja?
Como seres humanos, tenemos sentimientos y necesidades afectivas. Como mujer soltera y con hijos, también las tienes. Aunque a veces la esperanza y ganas de volver a creer en el amor se pierdan, ya sea por los prejuicios de la sociedad, miedo de volver a fracasar y sufrir una desilusión o por no querer afectar a tus hijos. La valoración de la madre soltera en nuestro país ha estado siempre bajo la lupa de la comunidad. Aunque este juicio es cada vez menor, todavía muchas mujeres prefieren ocultar, negar o rechazar toda posibilidad de una nueva relación sentimental.
Es importante que tú y solo tú definas cuál de estos cuatro escenarios deseas para tus hijos y para ti, sin sentirte presionada de ninguna manera:
- No conozco a la pareja de mamá. Te interesa tener una compañía, sin compromiso, y sin involucrar a tus hijos.
- Cada quien en su casa. No descartas que con el tiempo se pueda establecer una relación duradera, pero sin llegar a compartir casa y familia.
- Mi mamá y su pareja viven conmigo. Tu relación es formal, decides vivir con él y buscas que tus hijos aprueben la relación. Si evoluciona, podrías pensar en casarte.
- Con todas las de la ley. Tu pareja y tú deciden que la relación se lleve ante el registro civil para vivir como una nueva familia bajo el mismo techo, con pleno reconocimiento de la sociedad y la legislación.
Es importante que elijas a un hombre que esté dispuesto a aceptar tu condición de madre. Debe ser alguien que los respete y esté consciente de que tus hijos van primero desde el primer momento. No te sientas culpable ni mala madre, todos tienen derecho a rehacer su vida. Ten presente que pueden surgir celos en tus hijos ante la nueva pareja, para ayudarlos a no sentirse así, tómalos en cuenta, involúcralos y platica con ellos sobre el tema. Piensa bien qué características quieres que tenga esa persona y busca a alguien que comparta los mismos planes. Ser madre soltera no significa que las oportunidades amorosas y las relaciones de pareja se han terminado. Antes de iniciar una relación, piensa muy bien qué es lo que quieres para ti y tus hijos. La decisión es tuya, tómala con calma y no te precipites.
“La relación más profunda que jamás tendremos es con nosotros mismos”
Mandy Hale
Libros recomendados:
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“¿Y ahora qué? Guía para sobrevivir truenes y divorcios” de Fernanda de la Torre