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Mis hijos ante su realidad

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En una separación, divorcio, abandono, ausencia o muerte del padre, los niños tienen su propio proceso de duelo. Para ellos, puede ser difícil entender lo que está pasando y no será fácil. Sin embargo, la superación del momento por el que están atravesando todos, dependerá mucho de cómo te vean a ti. Maneja de forma adecuada y responsable esta situación, siempre mantenlos al margen del problema o conflicto con tu ex pareja, acompaña a tus hijos, comunícate con ellos, expresa y deja que muestren sus sentimientos.

La realidad

Algunas de las conductas más comunes que presentan los niños durante esta etapa son: la culpa, el rechazo hacia uno o ambos padres, tristeza, inseguridad, depresión, ansiedad, angustia, miedo, apatía.

Ellos no solo han perdido la posibilidad de estar a diario con su papá, sino otras muchas cosas como pueden ser la estabilidad económica y emocional, sensación de seguridad, la rutina, estructura familiar, diversiones. O bien, cambiarse de casa o escuela, implica dejar de ver a sus amigos, primos o abuelos.

¿Cómo actuar?

  • Respeta sus sentimientos auténticos: “Está bien que sientas lo que sientes”, “comprendo lo que estás pasando”. Esto les dará confianza y les ayudará a procesar su duelo.
  • Acepta que ya no será como antes. Reconocer que la situación de la familia ha cambiado, es un importante primer paso en el proceso de sanar las heridas que una separación deja en los implicados.
  • Siempre háblales con la verdad y explícales lo que está pasando. Por supuesto que dependerá de su edad, pero por ningún motivo les digas “se fue de viaje y regresará pronto”, “será solo por un tiempo”, “se arreglará”. Esto solo creará en ellos expectativas falsas y desilusiones, que a la larga les harán mucho daño.
  • Nunca hables mal de su papá. Por más herida que estés y aunque las razones del abandono o separación sean válidas, ese hombre será el padre durante toda su vida. No utilices frases como “tu papá nos abandonó”, “ya no los quiere”, “no le importamos”. Recuerda que son ustedes los que se separan, no los hijos, y no debemos orillarlos a ponerse de algún lado, ya que esto es muy dañino para ellos y podrían sentir culpa cada vez que estén con uno u otro.
  • No provoques el llamado síndrome de alienación parental. Es el proceso intencional por el que un padre transforma la conciencia de sus hijos con el objetivo de impedir, obstaculizar o destruir los vínculos afectivos y de convivencia cotidiana armónica con el otro progenitor. Tristemente ocurre con frecuencia, y por influencia de la madre, los hijos dejan de ver a su padre y se llenan de rencores hacia él. Todo niño o joven tiene derecho a convivir y ser amado por ambos. Si existe una situación extrema de violencia o mala influencia de uno de ellos, se pueden establecer visitas vigiladas, pero nunca se le debe negar el derecho a ninguno de ver crecer a sus hijos, apoyarlos, convivir con ellos y, sobre todo, de amarlos.
  • Cuidado con descargar tu ira contra ellos, puede ser el inicio de violencia en tu hogar.
  • De acuerdo a su edad, comparte con ellos tus sentimientos.

Existen muchas razones por las que te puedes convertir en madre soltera y dependerá de esto la manera en cómo debes manejar cada situación.

  • El hijo que fue abandonado

    Lo más importante es explicarle que no hay nada de malo en una familia como la suya y hacerle ver que la decisión no fue su culpa. Utilizar frases como: “tomó la decisión de irse”, “quiso seguir su vida por otro lado, no lo comprendo pero sus razones tendrá”, o bien, “esa elección no tiene que ver contigo, es personal”. Con esto, lograrás reforzar su confianza en los demás, sus vínculos afectivos y capacidad para establecer relaciones interpersonales sanas.

    Siempre háblale con claridad y honestidad, si el niño quiere saber de su padre o buscarlo, tiene el derecho. Saber de dónde viene le ayuda a construir su identidad. Deja abiertos los canales de comunicación para decirle que estás dispuesta a hablar de este tema cuando el niño lo quiera o necesite.

    Por otro lado, es importante aprender a perdonar este hecho como familia para avanzar. Ayúdalo a expresar sus emociones y liberar lo que lo lastima. Evita los sentimientos negativos hacia el padre.

  • Mamá soltera por elección

    Como en cualquier otra situación, que el niño conozca sus orígenes es esencial para la construcción de su identidad. Es importante que desde pequeño le platiques sobre la constitución de su familia. Cuando es muy joven debes utilizar términos y conceptos simples que pueda entender. Conforme vaya creciendo, la información que le des y las preguntas que te haga serán más específicas, por lo que tienes que estar preparada.

    Ya sea que exista una relación con el padre biológico o si recurriste a algún donante, háblale siempre con la verdad, ser madre soltera es una decisión muy valiente y tener un hijo en esta situación es igual de hermoso.

    Hablar de cómo es el padre, características físicas, si es que se conocen, o de la forma en la que te ayudó (como donante) a cumplir tu sueño de ser mamá, ayudará al niño a crear una imagen de referencia y simbólica.

    Para ayudarle a tu hijo a asimilar esto y no sentirse aislado, una buena opción puede ser recurrir a grupos de apoyo sobre familias monoparentales en donde esté en contacto con otros pequeños en la misma situación y pueda identificarse. Asimismo, para ti será importante compartir experiencias, consejos, dudas, con otras madres como tú.

  • El padre que murió

    A edades tempranas, la muerte de un papá es un episodio devastador y traumático para el niño. Es sumamente significativa tu reacción o la actitud frente a este hecho tan doloroso.

    Los expertos recomiendan que se le comunique la situación lo antes posible, adaptando la información a su edad. Ellos se dan cuenta que algo está ocurriendo y ocultarlo solo provocará incertidumbre. Si son muy pequeños, puede ser que no tengan muy asimilado el concepto de muerte y conserven la esperanza de que su padre regrese, por lo que hay que ser claros y no crear falsas expectativas.

    También podrían reaccionar de maneras muy distintas al recibir la noticia, esto dependerá de su edad y personalidad. Algunos entran en shock y necesitan tiempo para asimilarlo, otros pueden sentir enojo, tristeza profunda o culpa. Incluso algunos pueden pensar que el otro progenitor también se irá. Es muy importante darle seguridad al niño, haciéndole ver que tú estás bien y no lo dejarás solo. Estar rodeado de su familia y seres queridos lo ayudará a sentirse amado. Respeta sus tiempos y acompáñalo durante su duelo.

    Algo que también ayuda mucho es que se siga hablando con naturalidad del padre que ya no está: recuerdos y descripción de cómo era y lo que pensaba, qué quería para la familia, qué le gustaba hacer, sus costumbres, pero sobre todo, reafírmale a tus hijos que los quería mucho, para que el recuerdo sea grato aun cuando se haya ido. También puedes conmemorar su vida realizando acciones simbólicas como plantar un árbol, hacer un libro de recuerdos, ir a su lugar favorito o soltar globos.

    Para superar más rápido esta pérdida como familia, debes retomar la rutina lo más pronto posible, seguir con su vida como era antes; tomar el control y darle estabilidad.

  • En el caso de un divorcio

    Los niños nunca son culpables; las diferencias y la separación son cosa de la pareja. El amor entre padres e hijos es tan especial, fuerte y poderoso que le gana a las dificultades. Es importante que sepan que ustedes seguirán a su lado y siempre estarán para ellos.

    La manera en la que reaccionarán ante el divorcio dependerá de su edad.

    A los más pequeños les cuesta comprender qué ocurre entre sus padres y expresar sus sentimientos, no permitas que se aíslen y demuéstrales tu atención.

    De los 3 a los 7 años, los niños ya entienden qué es una separación y pueden manifestar su tristeza con dolores de cabeza, estómago, berrinches, etc. A partir de los siete años y hasta la adolescencia, suelen mostrarse indignados y molestos. Procura detener estos sentimientos negativos y acompaña a tus hijos durante su proceso.

    En una separación no hay buenos ni malos: ninguno es totalmente culpable, ambos sufren y pierden el hogar que querían formar juntos.

    El divorcio genera muchos sentimientos: tristeza, coraje, miedo, culpa, inseguridad, soledad y duda sobre la lealtad. Son normales y es importante expresarlos. Aprende a encauzarlos para que así puedas ayudar a tus hijos después.

    Los niños no tienen que suplir al padre que se ha ido. Es un error pensar que pueden o deben llenar ese hueco. No permitas que asuman responsabilidades y obligaciones que no les corresponden.

    Aunque el divorcio es algo difícil y fuerte, el tiempo ayudará a establecer la nueva composición de la familia. Los padres deben ayudar a los hijos a entender que sus hábitos cambiarán y tendrán que construir sus nuevas rutinas. Los pequeños deben acostumbrarse a disponer de uno u otro, en casas y ocasiones distintas. La estabilidad en la vida de los padres se verá reflejada en los hijos.

Reglas de oro:

  • Nunca hables mal del padre cuando los niños estén presentes.
  • Acepta ante ellos que el divorcio es un fracaso, no te justifiques ni minimices lo que ha sucedido.
  • Evita sentirte culpable y compensar con cosas materiales.
  • El que haya ocurrido un divorcio no significa que no deba haber disciplina en la educación de los hijos.
  • No le tengas lástima a tus hijos o a otros niños por el hecho de provenir de padres divorciados.
  • No pretendas que tus hijos te demuestren su amor volviéndose en contra de tu ex pareja.

No importa si son cuatro o dos, ustedes son una familia, debes estar convencida de eso y asegurarte que tus hijos también lo sepan y sientan. Las familias se forjan a base de amor, respeto, unión y honestidad. Recuerda que ante cualquiera de estas situaciones lo más importante es siempre hablarles con la verdad, acompañarlos durante su proceso de asimilación, apoyarlos y crear un ambiente de confianza en el que se puedan acercar a ti para expresar sus sentimientos. Como pilar de la familia, es importante que primero tú estés bien para sobrellevar cada obstáculo.

Una persona feliz no es alguien con ciertas circunstancias, sino una persona con ciertas actitudes
Hugh Downs

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