Obesidad en niños y adolescentes
¿Sabías que?
La obesidad se manifiesta normalmente en la infancia y persiste en la adolescencia. Si no se trata a tiempo, se arrastrará hasta la edad adulta.
Obesidad significa tener una acumulación anormal o excesiva de grasa.
Se cataloga obesidad cuando el índice de masa corporal es igual o superior a 30 kg/m².
Hay factores de riesgo que contribuyen a la obesidad infantil y que deben tomarse en cuenta:
- Genética: los hijos de padres obesos tienen mayores posibilidades de serlo. Pero no es la única razón, ya que también influye el estilo de vida que los padres imponen en el ámbito familiar.
- Dieta inadecuada: la mayoría de los niños con sobrepeso y obesidad siguen un régimen hipercalórico, en el que hay un exceso de alimentos ricos en grasas, harinas y azúcares: alimentos precocinados, comida rápida y escasez de frutas o verduras.
En general, los padres no planifican adecuadamente las comidas y no tienen en cuenta el valor nutricional y el balance energético de lo que se come.
Sedentarismo: se resume en pasar mucho tiempo en aparatos electrónicos y poco o ningún ejercicio, además de unos horarios de comida poco controlados.
La obesidad en la infancia compromete la salud de los niños y actualmente se puede diagnosticar junto a otros problemas como:
- Diabetes tipo 2
- Hipertensión arterial y hipercolesterinemia
- Problemas con los huesos y articulaciones.
- Dificultad para respirar y cansancio.
- Alteraciones en el sueño.
- Madurez prematura. Las niñas obesas pueden entrar antes en la pubertad, tener ciclos menstruales irregulares, etc.
- Hipertensión, colesterol, y enfermedades cardiovasculares.
- Enfermedades hepáticas.
- Desánimo, depresión, decaimiento.
- Trastornos que derivan en bulimia y anorexia nerviosas.
- Problemas cutáneos.