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¿Qué significa ser un Socio Verde?

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Los huertos urbanos o domésticos, son los cultivos en pequeños espacios de tierra: terrazas, jardines o macetas, cerca de ventanas o al aire libre.

Son sostenibles, naturales y ecológicos y en ellos se encuentran hortalizas, verduras, legumbres, frutas, plantas aromáticas, medicinales a escala doméstica. Con ellos ahorras dinero, tiempo y trabajo.

Beneficios de los huertos urbanos

  • Contribuyen con el medio ambiente.
    Fomentan el autoconsumo y el consumo local, reducen el uso de pesticidas y con ellos, los gases de efecto invernadero.
  • Apuesta por la alimentación natural, fresca y saludable.
    Al tener uno, disfrutas el verdadero sabor de verdura, fruta y hortalizas.
  • Incentiva una educación basada en una vida saludable.
    Cualquiera puede aprender a hacerlo y beneficiarse de las ventajas que trae.
  • Ayuda a ahorrar dinero y llevar una vida más sostenible.
    Esta técnica ayuda a disminuir la temperatura de los edificios, así se ahorra en climatización y el precio de los alimentos.

Cómo preparar la tierra para un huerto urbano

1.- Identifica el tipo de terreno

Conocer las características de nuestro suelo de siembra nos permite saber qué necesita para estar en equilibrio.

  • Tierra arenosa: Permite una evacuación rápida del agua y una elevada oxigenación de las raíces.
  • Tierra arcillosa: Retiene gran cantidad de agua, pero sin capacidad de drenarla. Algo que repercute directamente en la oxigenación y salud de las raíces.
  • Tierra limosa: Una mezcla de arena fina y arcilla, concentra una gran cantidad de nutrientes; es muy fértil.

2.- Elimina la maleza

Erradica las malas hierbas para que crezca lo que siembres y es mejor si las arrancas de raíz. Cuando vuelvan a aparecer, arráncalas antes de que echen raíz.

3.- Airea, ablanda y abona

Si colocas la tierra por primera vez, asegúrate que esté húmeda y evita que quede compacta. Si ya tenías un huerto, humedécela bien y revuélvela para que respire, este es el mejor momento para agregar el fertilizante o la composta.

4.- Aplana el terreno

El objetivo es que la tierra presente un aspecto fino y una textura suave. Si aireaste correctamente, no encontrarás terrones de tierra.

Sembrar, trasplantar y cosechar

Siembra

Puede hacerse directamente en el huerto (hortalizas con semillas grandes), en semillero y trasplantarse con semillas más pequeñas. Las semillas más grandes deben quedar más enterradas, las más pequeñas deben estar más cerca de la superficie, lo importante es que estén protegidas, tengan suficiente humedad y calor para abrirse y germinar.

Trasplante

Si sembraste en semillero, cuando crezcan deberás trasplantarlas: humedece las raíces para que el brote salga del semillero más fácilmente.

La cosecha

Llega el momento para el que has realizado todo este trabajo, el de ver cómo crece tu planta hasta darte los frutos. Cuidado porque la impaciencia juega en tu contra. Elige bien el momento para recolectar, ya que cada planta tiene sus propios ciclos a los que debes adaptarte. Lo mismo sucede con la siembra y el trasplante, hay momentos del año adecuados para cada planta.

De una pequeña semilla puede surgir algo muy poderoso
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