Cuando el duelo se complica

El proceso de duelo es un camino lleno de tareas, de esfuerzos y de pasos que debe dar la persona que ha perdido a un ser querido.

Hay quienes se van atorando entre la tristeza, el dolor y la desesperanza. Se complica porque quien lo está viviendo no sabe qué es lo que necesita, no sabe qué quiere o qué le puede ayudar. Los que están alrededor intentan dar ayuda sin tener éxito. Esta dinámica va haciendo que quien está en duelo se vaya sintiendo más solo, más vacío, apático, apagado.

Cuando el duelo se complica es necesario buscar ayuda profesional. Puedes ir con un psicólogo o un tanatólogo. Los tanatólogos son los expertos que se han preparado para saber cómo acompañar y ayudar a procesar el duelo y volver a disfrutar la vida. Hay que buscar nuevos objetivos, tener la voluntad de encontrar el sentido de nuestra vida, más allá de la pérdida.

Para ayudarnos en el proceso podemos hacer algunas cosas por nosotros mismos:

Expresar lo que sentimos

Parte esencial de asimilar nuestra pérdida es expresar nuestros sentimientos, es poder platicar con otros sobre cómo nos sentimos, sobre cuánto extrañamos al ser querido que se fue y también poder recordar todo lo que compartimos en vida. Para ir caminando hacia la aceptación, es necesario sentir la tristeza y hacer todos los rituales que hemos aprendido en nuestra sociedad y desde nuestra religión, estas piezas son parte de la ayuda que necesitamos para ir procesando la pérdida.

Acepta tus emociones

Cuando hay una pérdida podemos sentir tristeza, enojo, rabia, frustración, cansancio, agotamiento. Todo esto es normal.

Cuídate y cuida a tu familia

Comer bien, salir, hacer ejercicio, rezar o meditar y descansar, te ayudarán a vivir cada día de una mejor manera y poder mirar hacia adelante. Conmemora y celebra la vida del que ya se fue. El recuerdo de ese ser querido siempre vivirá en ti. Hay muchas posibilidades para tenerlo presente: enmarca una fotografía o haz una donación a una buena causa que él apoyaría, planta un árbol en su nombre, dedícale una misa. Según tus ideas, creencias y estilo, seguro puedes encontrar la forma de rendirle homenaje por la vida que vivió y el cariño que hubo.