Estudios de apoyo
Cultivo faríngeo
(Enfermedades respiratorias repetitivas)
Es un estudio rápido e indoloro para detectar bacterias que con los antibióticos usados no se resuelve la enfermedad. Lo que se hace es con un hisopo “raspar” la faringe y amígdalas de ambos lados.
Radiografías de pulmón
(Enfermedades respiratorias bronquiales o pulmonares)
Otro estudio rápido y sin dolor que visualiza las condiciones de las vías respiratorias profundas o bajas, para evitar infecciones graves, como la neumonía; se coloca al paciente en un equipo de rayos X, donde se proyectan las condiciones de los bronquios y pulmones.
Espirometría
(Enfermedades respiratorias crónicas)
Breve e imperceptible, mide la cantidad de aire que pueden retener los pulmones de una persona (volumen de aire) y la velocidad de las inhalaciones y exhalaciones durante la respiración (velocidad del flujo de aire).
¿Para qué se realiza?
Dicho procedimiento les indica a los médicos si los pulmones están funcionando correctamente. Se utiliza para ayudar a diagnosticar y monitorear las enfermedades que afectan a los pulmones y dificultan la respiración, como el asma o la fibrosis quística. También puede utilizarse para lo siguiente:
- Determinar la causa de la falta de aire, la tos o la sibilancia (sonido al exhalar).
- Monitorear el tratamiento de problemas respiratorios.
- Evaluar el funcionamiento de los pulmones antes de una cirugía.
¿Cómo se realiza?
El procedimiento dura aproximadamente de 10 a 15 minutos. Se le pide al paciente que inspire aire al máximo de su capacidad, y posteriormente, que expulse todo el aire que le sea posible en 6 segundos, a través de una boquilla de cartón conectada al espirómetro (espirometría simple).
Posteriormente, se repetirá la prueba expulsando el aire en el menor tiempo posible (espirometría forzada).
Este proceso se repite en varias ocasiones con el fin de que los resultados obtenidos sean fiables.