Técnicas para estar tranquilos
Todos los estímulos que experimentamos día a día son un factor determinante en nuestra salud, cuando nos sentimos cansados, fatigados o con poca energía, el cuerpo y la mente no funcionan de manera óptima; por ello es necesario aprender a relajarnos.
Sin embargo, es fácil decirlo, por esa razón queremos compartirte algunas técnicas que estamos seguros te ayudarán y verás que las cosas son mejores de las que parecían ser.
La sobresaturación de ideas, así como las tensiones musculares son una señal de estrés. Para poder trabajar en ello, es muy importante prestar atención a nuestras emociones, así como al lenguaje del cuerpo, aprender a sensibilizarnos, esto hace que nos conozcamos mejor.
Los ejercicios que te enseñaremos son preventivos, te ayudarán relajarte para evitar un estado de estrés. Es muy importante que sigas al pie de la letra la técnica de relajación, puedes aplicarla tanto en casa como en el trabajo, pues ayuda a liberar el estrés acumulado en cada parte del cuerpo.
Ejercicios de relajación muscular progresiva.
Puños
Cerramos los puños lo más fuerte que podamos durante cinco segundos para sentir la tensión que esto nos produce. Después, relajamos por completo el cuerpo, e intentamos notar la diferencia entre lo que era tensión y qué es relajación.
Intentamos concentrar toda nuestra atención en desplegar los músculos durante aproximadamente un minuto.
Hombros
Encojemos los hombros, elevándolos hacia la nuca, a la vez que sentimos la tensión en ellos. Mantenemos esa misma posición durante unos cinco segundos, después soltamos y relajamos. Permitimos que los hombros caigan con todo su peso y se desplieguen.
Mantenemos esa sensación de dejarnos llevar durante un tiempo, hasta percibir sensaciones de descanso.
Nuca
Podemos tensar estos músculos apretando la parte posterior de la cabeza contra el respaldo del sillón, del sofá o de la cama, durante unos cinco segundos. Sentimos la rigidez, nos concentramos en ello y después soltamos la nuca hasta percibir cómo nuestra cabeza descansa suave y relajadamente, sin ejercer tensión sobre ella.
Frente y cuero cabelludo
Pongamos en resistencia estos músculos elevando las cejas con fuerza. Tratemos de hacerlo ejerciendo toda la tensión que podamos, y mantengamos esa misma posición durante unos cinco segundos.
Intentemos sentir la diferencia entre tensión-relajación, sin ejercer ninguna presión sino todo lo contrario, extendiendo los músculos mantenemos los ojos quietos, cerrados o mirando suave y directamente hacia delante.
Pecho
Inhalamos aire lentamente por la nariz hasta llevarlo a la parte inferior de los pulmones (el vientre se infla), mantenemos la respiración durante unos cinco segundos y sentimos la rigidez que se produce en el abdomen, después expulsamos lentamente el aire, concentrándonos en las sensaciones que el efecto produce.
Cada vez que expulsamos el aire notamos el alivio al soltarlo y nos dejamos llevar, sin ofrecer ninguna resistencia.
Todos podemos relajarnos, hasta en los momentos que no vemos claramente las cosas por la preocupación, y en consecuencia, pesadez que nos provoca. La clave está en saber hacerlo. Te invitamos a intentarlo, verás que la diferencia es abismal.
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