La medicina desde tiempos antiguos ha tenido como primicia, el "autodiagnóstico". Esto no debe entenderse como que uno debe tratarse ni medicarse sin consultar a un especialista. Refiere a la importancia de poner atención en aquellas señales que pueden indicar que quizá algo no anda bien.
Dichas manifestaciones, constituyen el paso fundamental de atender el problema e ir al médico para solucionarlo. Como bien se dice: "más vale prevenir que lamentar".
Es un hecho que cada persona conoce su cuerpo. Así, cualquier cambio por insignificante que sea, lo notaremos. En ese sentido, es importante resaltar la relevancia que estas señales externas han adquirido a lo largo de la historia de la salud. Su observación ha sido fundamental para detectar problemas graves, aunque no lo parezcan.
Por ello, es crucial no pasarlas por alto; atenderlas puede hacer la diferencia. A continuación te mostramos aquellas alteraciones que solo requieren un poco de atención hacia nuestro cuerpo. Recordemos que él hace mucho por nosotros, nuestro deber es cuidarlo.
Alteraciones en la piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo; su trabajo es resguardarlo de aquellos agentes externos que puedan dañarlo. Pensemos en que es nuestra cobija, si vemos algún signo de desgaste, lo prudente es atender la cuestión. Recordemos que lo que sucede adentro, eventualmente se manifiesta hacia el exterior: cambios de color, aparición de lunares, manchas y resequedad pueden revelar desde deshidratación, problemas en el riñón, hígado y hasta cáncer.
Aumento o pérdida repentina de peso
En estos tiempos es usual que las personas suban y bajen de peso, debido a la importancia que ha adquirido el físico y la salud, gracias a los buenos hábitos de alimentación. No obstante, disminuir o incrementar de manera súbita y sin motivo aparente, no puede ignorarse bajo ninguna circunstancia, ya que esto puede deberse a un desequilibrio hormonal, problemas del corazón, fallas renales, embarazo, entre otros padecimientos.
Cambios en la orina
Las alteraciones pueden ser de color, olor, frecuencia o incluso molestias al ir al baño. Recordemos que es a través de la orina que el cuerpo elimina toxinas, si observas cambios, estos pueden estar relacionados con el mal funcionamiento de algún órgano.
Los médicos señalan que el color debe ser amarillo claro. Si notas por lo contrario que el tono incrementa, quizá es momento de aumentar tu ingesta de líquidos.
Si acaso acudes al baño en más ocasiones, quizá sea parte de los síntomas clásicos relacionados con infecciones de vías urinarias o embarazo. Cabe señalar que muchos de los problemas renales pueden evitarse con pequeños cambios de hábitos y alimentación.
Uñas
Dentro de la estética de los siglos XX y XXI, cuidarse las manos y uñas se ha convertido en hábito de muchas personas.
También es pertinente apuntar que varios de los indicios de que algo malo sucede en nuestro organismo se evidencian a través del color, brillo, dureza y textura de las mismas.
Si notamos que pierden brillo o se observan pálidas, es posible que exista un problema de nutrición relacionado con la ausencia de glóbulos rojos en la sangre. Si acaso comienzan a agrietarse, quebrarse con facilidad o verse amarillentas, el problema posiblemente sea de otra índole. Sin importar qué tipo de cambio haya, debe atenderse.
Secreción nasal
Por más que a nadie le parezca adecuado ni agradable observar su secreción nasal, debes saber que hacerlo puede ser la diferencia. Tal vez, no cada vez, pero sí estar atentos, ya que su color y consistencia son claros indicadores de si existe algún tipo de infección en el cuerpo, bajos niveles de hidratación, entre otras cuestiones.
Cómo nos vemos por fuera no solo es un reflejo de la manera en que sentimos a nivel emocional. Muchas veces olvidamos que la salud física, también se proyecta por medio de nuestros gestos, semblante y, como ya mencionamos, de los mensajes que el cuerpo nos envía para cuidarlo.
Recuerda siempre consultar a tu médico y no olvides hacerte cotidianamente una autoevaluación. Tu salud es lo más importante.
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