Durante siglos la risa ha sido un remedio infalible para hacernos sentir bien en cualquier momento que se nos presente la oportunidad de soltar una buena carcajada.
Pero más allá de un instante pasajero, la acción de reír es una facultad humana que conjunta acciones físicas, mentales, emocionales y anímicas que la convierten en algo complejo. Prueba de ello son los escritos de Platón o Sócrates sobre el tema. ¿Quieres saber por qué es tan importante?
Para el espíritu humano, la risa tiene connotaciones filosóficas y psicológicas; lo mismo esotéricas que médicas; así como partes iguales de locura y razón. Todo esto ha provocado que a lo largo de milenios sus efectos sean estudiados desde los griegos hasta Freud. Por ejemplo, en la Poética de Aristóteles se abordó teóricamente el tema de la comedia y de las bases que cualquier obra de este tipo debía poseer para provocar la mayor gracia posible a la audiencia; incluso se dice que ese capítulo tenía mayor peso e importancia que el dedicado a la tragedia.
Para nuestra desgracia, tal vez la humanidad nunca conozca ese escrito, pues a nosotros solo ha llegado la mitad de ese estudio realizado por el gran pensador griego, pero lo relevante es que desde ahí se postula que para cualquier autor es —relativamente hablando— mucho más fácil hacer llorar al espectador que hacerlo reír, pues la risa consiste en una pérdida momentánea de la conciencia, el llegar a un estado de abandono psíquico y anímico, mientras que la tristeza es un recuento consciente así como sensato de una situación grave y seria.
Xavier Molina, psicólogo social, dice que “el propio Sigmund Freud, más recientemente, declaró que la risa es una clave esencial para liberar tensiones y energías negativas. En muchas culturas, la risa ha sido un elemento importante para lograr la armonía cuerpo-espíritu, como por ejemplo en la filosofía hinduista”.
Otro ejemplo es Marjorie Pay Hinckley, líder religiosa, quien superó obstáculos difíciles durante toda su vida, desde la pobreza extrema hasta la falta de oportunidades que la dejaron sin posibilidades de estudiar. Antes de morir, en el 2004, ya anciana, algún seguidor suyo le preguntó en una entrevista qué hacía ella para sobrellevar sus problemas cotidianos. Su respuesta fue: “En esta vida, la única forma de sobrellevar los problemas es reírse. O se llora o se ríe, y yo prefiero reír, ya que llorar me produce jaqueca”.
Independientemente de su enfoque religioso, es verdad lo que dijo esta señora en cuanto a que la tristeza y la alegría tienen efectos significativos en nuestro exterior así como en el interior. En el portal web Psicología y Mente hablan de estos efectos enumerándolos de la siguiente manera:
Beneficios físicos de la risa
- Activa músculos que no utilizamos habitualmente. Cuando reímos a carcajadas nuestro cuerpo se activa y más de 400 músculos se mueven. Esta contracción y relajación muscular es la que posibilita la risa misma. La risa provoca un nivel de actividad física similar a cuando hacemos running moderado. ¿Has notado que cuando te ríes por un buen rato llegan a dolerte los abdominales?
- Fortalece nuestro sistema inmunológico. La risa hace que nuestro cuerpo genere más inmonuglobulina A y linfocitos T, anticuerpos que se encargan de luchar contra virus y bacterias. Esto hace que nuestras defensas se refuercen y, por tanto, que nuestra salud sea más resistente.
- Quema grasa corporal. Al reír, nuestro abdomen y diafragma se contraen, de forma que facilitan el proceso digestivo, eliminando grasa y toxinas de nuestro cuerpo, mejorando así la regulación intestinal.
- Nuestro cuerpo recibe más oxígeno. Entre carcajada y carcajada, recibimos más del doble del oxígeno que respiramos en situación de reposo. El esfuerzo que hacen nuestros músculos precisan de mayores niveles de oxígeno en sangre. Si conoces a alguien que tiene ataques de risa, habrás notado que puede llegar un momento en que se note algo asfixiada. Esto puede deberse a que sus músculos están ejercitándose mucho, o bien a que ha inhalado demasiado oxígeno, produciendo el mismo síntoma de ahogo.
Beneficios psicológicos de la risa
- Liberamos endorfinas. Cuando reímos, segregamos una hormona llamada endorfina, que está muy asociada a la sensación de felicidad. Cuanto mayor es la intensidad de la risa, más endorfina genera nuestro sistema nervioso y con ello aumenta la sensación de placer y bienestar. Además, la risa también nos hace segregar dopamina y serotonina, sustancias que combaten algunos trastornos del estado de ánimo como depresión o ansiedad.
- Un potente antiestrés. Además de las hormonas y su beneficioso efecto en nuestro estado de ánimo, la risa también tiene la capacidad de activar muchos músculos, los cuales una vez que hemos parado de reír, vuelven a relajarse. Esto aumenta un estado de distensión física y también psicológica. Es una buena manera de combatir los pensamientos negativos y el lastre emocional.
- Mejora el funcionamiento de nuestro cerebro. Otra hormona (neurotransmisor) que segregamos cuando reímos es la catecolamina, que está implicada en el correcto funcionamiento de nuestro cerebro. Este neurotransmisor también tiene la capacidad para mejorar nuestra memoria, el rendimiento académico y la agilidad mental.
- Nos hace más sociables. Cuando compartimos buenos momentos con amigos o compañeros y reímos en este contexto social, estamos compartiendo experiencias únicas y positivas, cosa que mejora nuestra socialización. Las risas en común pueden mejorar nuestras relaciones interpersonales.
- Aumenta la autoestima. La risa nos permite dejar a un lado el sentido del ridículo y tomarnos la vida con buen humor y mayor distensión, cosa que puede acarrear una mejora en nuestra autoestima.
- Fomenta nuestro optimismo. La risa nos aporta un estado de ánimo positivo. Cuando estamos de buen humor, es habitual que generemos mejores pensamientos. La risa puede servirnos para relativizar las dificultades y empezar a crear un buen estado mental que nos lleve hacia el optimismo.
Para concluir sigamos la explicación de Molina referente a que “podemos afirmar que la risa es una de las mejores terapias naturales que existen. […] Así pues, dejemos fuera por unos momentos las preocupaciones del día a día y aprendamos a disfrutar de todo aquello que es capaz de provocarnos una buena carcajada”.
¿Qué sientes al reír a grandes carcajadas?
¿Cuál es tu parte preferida de reír y por qué?
¿Conoces a alguien que no ría constantemente?,
¿qué le recomendarías?
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