El concepto de felicidad es subjetivo. Desde el punto de vista biológico, tiene que ver con que los factores internos y externos estimulen el sistema límbico para que se dé una actividad neuronal fluida.
De una forma más coloquial y menos técnica, se entiende que una persona es feliz cuando se siente satisfecho consigo mismo o con su entorno.
Ser feliz es una aspiración compartida entre los seres humanos. Hay quienes aseguran que no existe como tal, sino que son solo momentos. Sin embargo, hoy se piensa que alcanzarla es más difícil de lo que parece, y la mayoría de las veces se vincula de forma errónea con salario, cosas materiales o número de seguidores e interacciones en las redes sociales digitales.
La filosofía del Hygge — hu-ga o ju-ga— se ha difundido desde el norte de Europa, y aunque no posee una traducción específica al español o inglés, su significado más aproximado es: "el secreto de la felicidad".
En países nórdicos como Noruega y Dinamarca, los valores más importantes son la empatía, solidaridad, confianza entre las personas, tolerancia, igualdad, entre otros, mismos que están plasmados en su Constitución. Las personas de estos territorios son conocidas por ser relajadas, alegres, pacíficas y de mentalidad abierta.
De acuerdo a rankings oficiales y a la sede del Instituto de Investigación sobre la Felicidad, Dinamarca forma parte de los países más felices del mundo.
Más allá de la calidad de vida de sus habitantes, el Hygge va de la mano con el bienestar, satisfacción y calidez. Esta es una de las claves que ha llevado a su sociedad a posicionarse como una de las más equilibradas.
Para ellos, la familia es el pilar, y su espacio más valioso, el hogar, tanto que prefieren hacer sus reuniones dentro de casa con poca gente, de forma que la comunicación entre todos los invitados sea adecuada. En esto consiste Hygge: llegar a este estado de comodidad en espacios acogedores.
También es el tercer país que más café consume en el mundo, por lo que esta bebida es parte de aquellos elementos que conforman ese bienestar y gusto por disfrutar los pequeños momentos y placeres de la vida.
El Hygge se vincula con la consciencia de reducir los bienes materiales, relajarse, sentirse como en casa, despojarse de las preocupaciones con el fin de crear ambientes cálidos y reconfortantes. Este estilo es una oda al hogar a través de la inspiración en la naturaleza en donde las luces, los colores y las texturas son vitales.
No solo es una forma de vida saludable, también es barato, sencillo y aplicable en el día a día. Otro de sus significados se describe como “la sensación de bienestar más intensa, estar en paz con el entorno más cercano y sentir el calor y el placer, de un lugar con encanto”.
Un paso importante es conectar los factores externos con el "yo" interno y, a partir de esto, eliminar lo superfluo y enfocarse en los sentimientos. Se interesa por disfrutar el momento y agradecer la cotidianidad.
Además, considera la comida un deleite, un menester y responsabilidad donde importa la calidad, por lo que invertir tiempo necesario para que los alimentos se cocinen de manera adecuada, es una de sus herramientas.
El libro The Little Book of Hygge: Danish Secrets to Happy Living, de Meik Wiking, propone un listado que consta de 10 pasos:
1. Ambiente: Apaga las luces.
2. Presencia: Disfruta del aquí y ahora. Apaga el celular.
3. Placer: Café, chocolate, galletas, pasteles, dulces, entre otros.
4. Igualdad: Nosotros por encima del yo. Comparte las tareas y el tiempo de disfrute.
5. Gratitud: Disfrútalo. Este podría ser el mejor momento.
6. Armonía: No se trata de una competencia. No presumas tus logros.
7. Comodidad: Ponte cómodo. Desconéctate. Relájate.
8. Tregua: Nada de agobios.
9. Unión: Construye relaciones e historias.
10. Refugio: Esta es tu tribu. Es un lugar de paz y seguridad.
Sin embargo, no se trata de una receta única. Otra forma para llegar al Hygge es mediante la búsqueda de un espacio y un momento dedicado a ti y las personas que quieres, con la misma importancia que destinas en tu día para trabajar. Evita los temas que pueden generar un conflicto mientras disfrutas de tus seres queridos. Se trata de realizar dichas actividades con valor sentimental para ti y recordar a tus antepasados.
Además de generar un ambiente acogedor dentro de casa, haz de las flores y velas tu mejor aliado. La armonía y placer que estas provocan te pueden sorprender. Es importante que todo lo que gustes hacer por ti, te genere paz.
Esta forma de vida te invita a conocerte, a dedicarle tiempo a las personas y cosas que te hacen bien, tener una actitud calmada y relajada. Busca un ambiente donde la intensidad de la luz y las experiencias te den una sensación de hogar.
Para esto es fundamental entender y disfrutar la vida con los placeres sencillos, ya sea de forma individual o con tus seres queridos, porque riqueza no es sinónimo de bienestar; este último es lo más importante en la vida de las personas.
Recordemos que los objetos materiales no son lo que representan sino el valor que les damos. Es verdad que cada persona es un mundo y que no a todos nos hacen sentir bien las mismas cosas por lo que, para tener una vida Hygge, el primer paso es identificar que nos genera confort y estabilidad.
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