Con el tema de las festividades de Día de Muertos y Halloween, todo mundo se prepara para decorar con calaveras, arañas voladoras, brujas, ofrendas y papel picado.

Algunos se disfrazan y todo lo que nos daba miedo se convierte en diversión. También es una época del año ideal para ver películas de terror o suspenso, ya sea de criaturas horripilantes, zombis comiendo cerebros o el mismísimo demonio.

Lo "atractivo" de ellas para muchos, es la posibilidad de provocar un sobresalto y mantenerse al borde del grito. Ahora bien, si asustan ¿qué es lo que atrae de esas películas?

De acuerdo a la psicología, ser testigos del miedo en alguna situación es la búsqueda por entender los temores personales y de los demás en conjunto. Un estudio publicado por la revista Journal of Consumer Research, mostró que la gente sentía felicidad al ver una cinta de terror. Derivando en un enorme placer dado por la angustia, como premio para el inconsciente.

Aún más, Glen Spark, profesor de la Pardue University, realizó una investigación por medio de la cual descubrió los efectos fisiológicos de ver una película de miedo. Los más comunes eran el aumento de la presión sanguínea, ritmo cardiaco y respiración.

Este estado se mantiene, incluso después de haber terminado la cinta. Aún, con todos los efectos anteriores, la gente no deja de vivir el terror. De acuerdo a Glen, se debe al paradigma de transferencia de excitación. Es decir, los residuos de una excitación previa generada por lo visto se convierten en sentimientos positivos.

En lugar de recordar el mal rato o el grito, se recuerda la diversión posterior a ello, lo que culmina con una sensación de bienestar.

Entonces, si se toma en cuenta que el cerebro responde al miedo mediante una buena dosis de adrenalina, que causa los efectos fisiológicos mencionados, cuando el cerebro entiende que todo es mentira y no corremos ningún riesgo, libera dopamina, que nos produce placer, alivio y felicidad. Es similar a lo que ocurre cuando se sube a un juego mecánico o a un avión.

Una investigación del doctor Bryan Roche, psicólogo de la Universidad irlandesa de Maynooth afirma que todos los seres humanos gustan de compartir experiencias emocionales intensas en grupo. Por ejemplo, conciertos o eventos deportivos. Por ende, compartir un buen susto con los amigos, familiares o pareja, es sinónimo de atracción y rechazo por partes iguales.

En conclusión, uno busca siempre vivir experiencias intensas que nos provoquen sentirnos vivos, y una película de terror lo hace.

Te recomendamos revivir un susto con cintas como El exorcista, Psicosis, El resplandor, Freddy Krueger, La semilla del diablo, Drácula y La profecía.

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¿Odias o amas las cintas de terror?
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