UNIVERSO SOCIO

La imaginación también tiene alas

Para festejar el Día Mundial del Libro y agradecer por todo lo que nos dan, te invitamos a conocer el cortometraje Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris Lessmore y adentrarte en un universo de infinitas posibilidades.

Una historia tan bien contada e ilustrada, que toca las fibras sensibles hasta del más escéptico.


Es importante no subestimar los poderes curativos de una buena lectura. Aspecto que el escritor, dibujante y director de cine americano, William Joyce siempre supo, pues desde niño los libros fueron su fascinación.

Esto y sus dotes de dibujante lo llevaron a convertirse en ilustrador de libros infantiles. Tras años de dedicación, su reputación hizo que en 1995, John Lasseter lo invitara a trabajar en Pixar como artista conceptual para Toy Story (1995) y Bichos: una aventura en miniatura (1998).

Pero su fascinación por los libros no quedó atrás, pues durante el tiempo que trabajó como ilustrador conoció al que sería su mentor, William C. Morris, vicepresidente de Literatura Infantil de Harper Collins, promotor y amante de las letras, quien en 2003 perdió la batalla contra el cáncer.

Este hecho sentaría las bases de lo que sería nuestra fascinante historia sobre la vida de Morris dedicada a la literatura, misma que el autor tuvo oportunidad de leerle días antes de perecer. No obstante, esto no sería lo único que inspiraría a Joyce.

En 2009, tras haber escrito e ilustrado más de 50 libros infantiles, diversas portadas del New Yorker y exponer algunas en museos y galerías, Joyce y Brandon Oldenburg, fundaron un estudio de animación y efectos visuales, donde por fin, Los fantásticos libros voladores del Sr. Morris Lessmore cobró vida. Sin embargo, un acontecimiento previo había marcado al autor.

En 2005 el huracán Katrina azotó Nueva Orleans, dejando destrucción, hambre, muerte y desesperanza. Bien relata el escritor que recuerda haber regalado libros a niños sin hogar, durante la catástrofe. Para él, su reacción expresaba que dentro de lo que se estaba viviendo, era posible volar y viajar a otros mundos a través de esas historias.

Con estos dos hechos ―su mentor y el huracán― el cortometraje se inspiró en el comediante del cine mudo, Buster Keaton, para crear al Sr. Morris, el tornado de El mago de Oz, los musicales de mediados del siglo XX y el infinito amor por los libros, su capacidad para iluminar nuestras vidas y lo maravilloso que es sumergirse en ellos.

Vemos entonces al Sr. Morris Lessmore sentado en el balcón de un hotel en Nueva Orleans, rodeado de libros, mientras escribe su historia. Pero de un momento a otro, cuando todo parece ordenado y feliz, un gran huracán arrasa con todo lo que había conocido. Solo, en medio de la nada, camina y ve la tragedia a su alrededor. De pronto, una mujer impulsada en el aire por un grupo de libros voladores, a manera de globos o aves, entrega al Sr. Morris un misterioso y mágico libro, quien lo guía hasta una gran casa llena de muchos otros repletos de vida.

Estos fantásticos seres voladores que van por el mundo cambiando vidas, le demuestran que ahora es su turno. De esta manera descubrirá que un libro vive para leerse, cuidarse, vivirse y compartirse y que así, cual muchos otros, él trascenderá en las palabras escritas de su propia historia, como los entrañables relatos pasados, cuando sea tiempo de abrir las alas de sus páginas.

A manera de homenaje a El mago de Oz, la historia se sirve del contraste entre el color y el blanco y negro como elemento crucial en su narrativa, dentro de la cual, el primero representa la esperanza y alegría, mientras que el segundo, la tristeza, resignación y desesperación.

En razón de su narrativa, gráficos y uso variado de técnicas: miniaturas, animación a computadora y 2D, este corto recibió la estatuilla de los Premios de la Academia por Mejor Cortometraje de Animación en el 2011.

No olvidemos que la lectura es siempre un vuelo que puede ser arrebatador, sorprendente, fantástico. Te lleva a todo sitio intelectual, sensible o sentimental, y el libro, el elemento material que te hace elevar las alas. Ellos llegan a ser una parte entrañable, íntima de tu propia vida. Quien vea los libros así, tiene a un Sr. Morris en su corazón.


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