Es un hecho que las personas necesitan inspiración, algún incentivo o ejemplo para dar ese empujoncito e intentar algo distinto en absolutamente todos los ámbitos. El ser humano, por naturaleza tiende a recoger figuras o símbolos para admirar; aquellos a los que pueda “aspirar”.
He ahí la importancia de la figura del héroe. Por supuesto que lo vemos en todas partes: la historia, literatura, caricatura, política o cine. Por eso, si se trata de innovar y emprender, queremos compartirte nuestra selección de películas inspiradas en grandes personajes de la vida real, para motivarte a cruzar la línea y salirte del molde, porque todos somos innovadores.
Los tiempos cambian, y así nos encontramos en medio de una era de revoluciones, innovación y rapidez, en la que las oportunidades de crear cosas nuevas son infinitas, al igual que la competencia. Pero si supieras que innovar también se relaciona con tener las herramientas necesarias, entonces solo debemos tener un poco más de fe en que podemos lograrlo.
Si bien estos factores se encuentran ahí, a veces el mayor reto es personal. En muchas ocasiones las barreras son propias e innecesarias. No creemos que seamos capaces de lograr cosas, entonces la inseguridad se apodera de todo y terminamos por tirar la toalla.
Así lo hicieron los grandes innovadores de la historia, quienes lograron tanto creyendo, al grado que industrias como la del cine les han rendido homenaje al contar sus inspiradoras experiencias. Te invitamos a conocerlas, pues si acaso, solo te falta atreverte, seguramente te ayudarán a dar ese paso.
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Jerry Maguire (Cameron Crowe, 1996)
Referirse a esta cinta es recordar uno de los grandes clásicos de los años 90 en la cultura pop. Tiene todos los ingredientes para ser aspiracional. En tanto, ¿qué es lo que la hace ser inspiradora?
El personaje de Jerry, interpretado por Tom Cruise, es un exitoso agente en la compañía Sports Management International, quien aparentemente tiene todo lo que una persona podría desear: dinero, contactos, fama y pareja.
Pero una noche, tras hacer una reflexión sobre cómo lo material se ha vuelto lo indispensable en su vida, sin importar lo despiadado que pueda llegar a ser, pasando incluso por encima de las personas, decide escribir una declaración de nuevos objetivos para su empresa con la convicción de convencer a los directivos de que eso es lo correcto.
Las cosas no suceden como pensó. Al mostrar el pliego, Jerry es despedido. Enseguida se queda con un solo cliente, y entonces, se va de la empresa seguido por una secretaria enamorada de él y fiel creyente de sus ideas.
Las experiencias que vive a partir de esto, como conocer al hijo de la joven y encontrarse en una situación complicada, lo sensibilizan y obligan a comenzar de cero. Pronto, Maguire se convierte en un innovador dentro de su campo, al decidir dirigir su negocio bajo principios muy alejados de los convencionales.
Es un claro ejemplo sobre cómo también del fracaso se aprende. Y que en realidad puede ser el ingrediente faltante para ver las cosas diferentes. Las derrotas dejan enseñanzas y eso siempre hay que tomarlo en cuenta.
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Joy (David O. Russell, 2015)
En 2015 se estrenó esta película protagonizada por Jennifer Lawrence e inspirada en la vida de Joy Mangano, una innovadora y emprendedora madre de tres hijos durante la década de los 80, quien tan solo por ser mujer se enfrentará a difíciles retos con la sociedad, sus colegas y su propia familia.
Cuando Joy, una humilde trabajadora, se encuentra dando techo a su madre, abuela, padre y hasta a su ex esposo, la olla pareciera estar a punto de estallar, entre deudas y con tres pequeños.
Pero nuestra emprendedora no se dejará vencer cuando su creatividad la lleve a inventar un trapeador que hará la vida más sencilla a las amas de casa de Estados Unidos, lo que pondrá patas arriba la industria de limpieza y del hogar.
Es entonces cuando verá la traición así como las cicatrices de un amor fallido presentarse como muros que eventualmente derribará mediante perseverancia, fortaleza, imaginación, liderazgo y creatividad.
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Hambre de poder (John Lee Hancock, 2017)
Michael Keaton protagoniza la adaptación de la historia de Ray Kroc y cómo llegó a convertir la cadena McDonald’s en un emporio mundial.
Vemos entonces al señor Kroc, un vendedor en picada de artículos innecesarios, que un día recibe un inusual pedido de batidoras. Intrigado, decide acudir al lugar donde conoce a los hermanos Mac y Dick McDonald, dueños de un local de comida rápida que vende principalmente hamburguesas, papas y malteadas.
El servicio rápido, la calidad de la comida, el precio y el número de clientes maravillan al vendedor, quien intenta convencerlos de expandirse. Pero tras miles de trabas, mediante ambición, visión e ingenio, Kroc logra hacerse de los derechos del negocio y convertir a la franquicia en lo que hoy conocemos.
Lo primero a resaltar es que, desde un principio, el protagonista tuvo la suficiente visión. Si bien la idea del concepto no fue de él, el negocio e industria de comida rápida, como se conoce hoy, sí. En este sentido, la película deja varias lecciones, y entre ellas, como decía Reid Hoffman, cofundador de Linkedin: “la ventaja del primer competidor no es de quién lanza primero, sino de quién crece primero”.
Incontables ejemplos encontraremos en distintas partes. Todos tenemos una historia qué contar, pero más importante, siempre podemos empezar a innovar, solo es cuestión de creérselo, trabajar en ello, no tener miedo al fracaso e ir un paso adelante.
¿Cuál de estas historias te motiva más?
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