“La empatía es el punto de inicio para crear una comunidad y pasar a la acción. Es la base para crear el cambio”.
Max Carver
Un líder tiene una buena relación con sus colaboradores, los entiende, acepta su mundo y sabe cómo solicitarles las cosas. Una habilidad que es muy útil para conseguir todo eso es la empatía. Descubre las 12 claves para desarrollarla.
1 de 12 claves de empatía
La persona en la que nos convertimos está formada por: temperamento (con el que nacimos) carácter: (que moldeamos) condiciones de vida (familia, historia, sucesos) e interpretación (el significado que damos a cada cosa).
Observar a tus colaboradores y conocer su historia, origen, familia y motivaciones, te da información valiosa sobre cómo hablarles, distribuirles trabajo o corregirlos. También los motiva a entenderte y apoyarte.
Saber las aspiraciones de tus colaboradores, qué los motiva y lo que sueñan alcanzar, es muy útil para entender por qué trabajan contigo y cómo eso les ayuda a conseguir lo que anhelan, si te interesamos en ellos, te considerarán su aliado.
La visión y emociones de los demás son tan válidas como las tuyas. Entender qué piensan y sienten ellos respecto a una situación, te permitirá ser comprender mejor y tratarlos con más tacto. Frecuentemente pregúntate cómo se sienten tus colaboradores.
Ser líder implica garantizar que tus colaboradores tengan todo lo que necesitan para alcanzar sus metas, tangible (herramientas, equipo, mobiliario) e intangible (consejos, motivación, comprensión).
Cuando ya conoces bien a tus colaboradores, identificas sus emociones y pensamientos sin que te lo tengan que decir, casi como si les leyeras la mente, aún así, siempre es vale la pena confirmar si lo que crees es verdaderamente como se sienten.
Preguntas tan sencillas como “¿Qué tal están tus hijos?”, “¿Ya compraste tu carro?, ¿Cómo sigue tu esposa?, demuestran interés genuino por ellos, detalles como recordar sus cumpleaños y fechas importantes les permitirán sentirse valorados.
Entender a tu equipo promueve que sean compasivos y empáticos entre ellos: hazles notar cuando alguien pasa por un momento difícil, o si va empezando, pídeles a los más experimentados que sean pacientes. Un ambiente empático convierte a tu equipo en una familia.
Las suposiciones crean malos entendidos, por eso habla incluso los temas más difíciles o delicados, sin supone nada, esto le dará a tus colaboradores un sentido de claridad y la confianza de expresarse libremente.
Recuerda que las personas se comprometen cuando entienden por qué hacen las cosas. Por eso, explica en qué dirección vas y las decisiones que los involucren. Así aprenden a tomar decisiones del negocio y se preparan para crecer laboralmente.
Cuando tus colaboradores pasen por una situación que los afecte emocionalmente, muestra tu lado más humano, escucha, comprende y permite que se desahoguen. Si no sabes cómo reaccionar o manejar sus emociones (tristeza, llanto, enojo), simplemente escucha y permanece presente.
Tal vez a tus colaboradores les dé pena expresar lo que verdaderamente piensan, para eso ayuda que observes lo que dicen con sus gestos, ojos, manos y tono de voz.
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