¿Adelgazar con la mente? Te has preguntado si cuando sientes hambre es en realidad eso, o quizá el origen se encuentre en un tema más emocional. ¿Sabías que está comprobado que las emociones afectan tu relación con la comida?

Sabemos que esto se ha convertido en el pan de cada día y en la mayoría de los casos, lo llevamos a un nivel en que acabamos peleados con nosotros, cuando debería ser lo contrario. Tener salud es reflejar el amor que sentimos por nosotros, no lo opuesto.

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Queremos ayudarte a cambiar el chip desde la mente por medio de algunos consejos. Con frecuencia dejamos que nuestros pensamientos nos controlen y no al revés, lo que sería ideal. Así sucede con los regímenes alimenticios, los vemos como un suplicio y no como un fin que nos traerá grandes beneficios.

• Reprogramación mental
  ¿Cuántas veces no te has “comprometido” con tu salud/peso y has hecho dietas rigurosas, pasado por exhaustivas rutinas de ejercicio y aun así, pareciera no funcionar?

  En ocasiones el origen de esto está en otras partes, quizá no en los hábitos, sino en las ideas preconcebidas que vienen de un sistema de creencias, con el cual hemos crecido y entendido al mundo, el cual nos condiciona y muchas veces, limita a la hora de tomar decisiones. Lo primero es hacer consciente lo inconsciente y preguntarse qué no nos funciona. Dar este paso será el principio del gran cambio.

• Abraza a tu cuerpo, no luches contra él
  Si llegas a notar que los malos hábitos te hacen daño y lo concientizas, tomar la decisión de cambiarlos, así como de llevarlo a cabo será mucho más fácil, así adquieres otros hábitos más saludables por “tener” que hacerlo, pues de lo contrario, al momento de limitarte con la ingesta diaria, en lugar de abrazar el cambio te enfadarás con tu cuerpo. Hay que liberarse de los grilletes de la comida; empezar a escuchar el cuerpo sin luchar contra él. “Cuidarlo cuando está cansado, nutrirlo si tiene hambre y quererlo cuando necesita afecto”.

• Reemplaza la negación con afirmaciones positivas.
  Podría sonar trillado, pero a nivel química cerebral, pensar en positivo cambia todo. Si se trata de encontrar motivación, empezar por que tú te creas que lo vas a lograr, es lo más importante. Cambia palabras con connotación negativa y piensa en positivo. Convierte un “no puedo” en un “lo logré”.

  A considerar: no se trata de un martirio, es bueno que escuches a tu cuerpo, te consientas y des caprichos. Lo que debe guiarte es tu bienestar y la meta a que la quieres llegar; no perderla de vista.

Por último, un consejo. La hora de la comida es sagrada, y así, el cuerpo y la mente trabajan en conjunto. Cuando te sientes a comer, sé consciente de lo que estás haciendo, así el cerebro enviará el mensaje correcto al cuerpo. Si te distraes con otra cosa, se pierde la sincronía, por lo que podemos perder noción de cuánto estamos ingiriendo.

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