La palabra sororidad se deriva de la hermandad entre mujeres, el percibirse como iguales que pueden aliarse, compartir y, sobre todo, cambiar su realidad...
Casa de apoyo a la mujer A.C.
La sororidad alude a un principio que busca que las mujeres tengan una conciencia de apoyo total en sus afrentas y diferencias. Compartir los mismos retos puede llegar a unir a las personas, a las mujeres en la construcción de la prosperidad incluyente.
Las mujeres cuentan con historias importantes y ejemplares, en donde la solidaridad ha sido muchas veces clave para el triunfo del reconocimiento de derechos y lucha por un trato igualitario. Esta historia de lucha por la reivindicación de derechos es la que une a todas las mujeres y la sororidad es lo que hizo y sigue haciendo más fácil el camino que resta por recorrer. Como bien dice el dicho, “camina sola y llegarás más rápido, camina acompañada y llegarás más lejos”.
“Sororidad” proviene de la palabra en inglés “sisterhood”, que fue utilizada en los años setenta para nombrar a esa hermandad de mujeres. Hoy en día, el término toma aún mayor relevancia ya que en su aplicación y desarrollo, se ha percatado de algo importante y central que se presenta como desafío; la diversidad de lo que significa ser mujer.
Ser mujer puede tomar significados distintos dependiendo del contexto, situación socioeconómica y demás circunstancias específicas que definen la totalidad de cada persona. Y como consecuencia de lo anterior, se presentan necesidades particulares y muchas veces, muy diferentes. Pongamos algunos ejemplos: Una mujer sin discapacidad no tendrá las mismas necesidades que las de una que si viva con alguna discapacidad. A su vez, una mujer indígena con discapacidad tiene otras necesidades distintas.
Entonces, ¿cómo continuar la búsqueda colectiva de igualdad si entre las mujeres hay una diversidad de necesidades y contextos?, ¿cómo se puede ser sorora con mujeres que no presentan las mismas necesidades que yo? Las respuestas están en el reconocimiento de esas diferencias, así como en la empatía y respeto. Eso es lo que precisamente busca la sororidad; celebrar la diversidad de mujeres existentes y solidarizarse con distintas causas, aunque éstas no partan precisamente de las necesidades particulares propias.
Unirse para que no solo cierto grupo de mujeres puedan ejercer de manera plena sus derechos, sino que todas las mujeres, sin importar su origen nacional o étnico, religión, situación socioeconómica, tono de piel, orientación sexual, expresión o identidad de género, discapacidad o cualquier otra condición social, puedan hacerlo.
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