“Da un pez a un hombre y le quitarás el hambre por un día, enséñalo a pescar y le quitarás el hambre de por vida”.
Proverbio chino
Un buen líder permite a los miembros de su equipo crecer y desarrollarse , al compartir con ellos conocimientos, habilidades y prácticas; para que sean más eficientes , tomen mejores decisiones, y resuelvan situaciones de forma autónoma. Descubre las 12 claves para conseguirlo.
1 de 12 claves de enseñanza
Tenemos habilidades duras de nuestra área: su funcionamiento, detalles, variables, manejos; y habilidades blandas; empatía, comunicación, toma de decisiones, trabajar en equipo, etc.
Debemos transmitir estos dos tipos de habilidades a nuestros colaboradores, por eso es importante estar actualizados
Una ejecución excelente se logra al conocer el orden de los pasos, cuánto tiempo lleva cada uno y cuál es prioritario.
Al enseñar, prestemos atención a estos detalles, así nuestros colaboradores entiendan y se involucren en el proceso.
Un chef puede explicarnos una receta, pero solo en la cocina aprenderemos cómo se hace. Así nosotros, debemos involucrarnos e ir paso a paso con nuestros colaboradores (en especial al inicio para transmitir seguridad). Al vernos hacerlo, su cerebro se activa y aprenden como si ellos lo hicieran.
Invitarlos a estar abiertos a adquirir nuevos conocimientos y animarlos a intentar cosas nuevas sin miedo. Vive y promueve actitudes como empatía, confianza, reconocimiento, sentido del humor y participación. Refuérzalo con rutinas que les den seguridad y fomenten la participación.
Cada persona aprende de modo diferente, por eso asegúrate de que no queden inquietudes. Un buen consejo es pedirle que nos explique para descubrir si en verdad comprendió.
Que nuestros colaboradores tengan todo lo necesario para realizar bien su trabajo y sepan usarlo bien, depende de nosotros. Este aspecto incluye, que tengan dónde comer, baños limpios, buena iluminación y aire acondicionado.
Acercarnos a nuestros colaboradores para asistirlos, mientras adquieren la confianza de hacer las cosas solos. Nuestro papel es el de un guía o un director técnico, que instruye a los jugadores sobre la estrategia general, sin meterse a jugar por ellos.
El aprendizaje requiere mucha práctica antes de dominar los conocimientos, recordar esto nos da calma mientras nuestros colaboradores aprenden. Su entusiasmo y ganas de aprender compensan sus fallas. Irónicamente, desesperarnos y presionar lleva a las personas a cometer más errores.
Conservar la calma en las situaciones más complicadas, da ejemplo a nuestros colaboradores. Cuando les transmitimos seguridad, pierden el miedo a equivocarse y lo intentarán hasta dominar el tema.
En el aprendizaje, cada progreso cuenta, así que cuando los colaboradores a los que les estamos enseñando logren algún avance, debemos reconocérselo, eso los motivará a seguir aprendiendo.
Cuando un aprendiz toma una decisión equivocada, es prudente corregir al momento (a solas) explicar el origen de la falla y señalar qué elección hubiera sido mejor. Así evitamos desmotivarlos, pero les indicamos cómo pueden seguir mejorando.
Asegurarnos de que todos en nuestro equipo aprendan y practiquen las cualidades del liderazgo. La confianza que les dará saber que ello pueden ser líderes, los mantendrá muy motivados.
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