Referirse a Japón, dista de pensar en que es una isla lejana donde se habla otro idioma. El país nipón se ha colocado como una de las grandes y ancestrales culturas de la humanidad.

La razón, podemos encontrarla en su historia, por supuesto. Lo interesante es cómo eso la diferencia del mundo. En honor a él, y aprovechando que los Juegos Olímpicos más importantes del mundo se celebrarán ahí, es ocasión ideal para indagar, acaso, un poco sobre su vida y cómo se desenvuelven. ¿Quieres impresionarte?

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Si hablamos de que Japón es una isla, cabe entender todo lo que eso conlleva. Sobre la base de una civilización conformada en condiciones mínimas de espacio, se entiende la exigencia del respeto absoluto de las normas.

En ese espacio se constituyó un enclave comercial que pronto hizo a Japón parte de las potencias imperialistas mundiales. Desde el siglo XVI, era ya un imperio con el que Occidente tuvo que tratar; el cual se incorporó como una verdadera potencia mundial.

¿Por qué? Yokoi Kenji, de origen colombo-japonés, afirma que, si bien su cultura es única e impresionante, una de las claves de su éxito es la disciplina, no la inventiva.  El espacio y por lo tanto, la calidad de vida son primordiales, es por eso que el compromiso y la responsabilidad, es código de honor. Así, se entiende que la preservación de sus tradiciones, sea parte de su fortaleza nacional.

Con esto en cuenta, pasemos a aquello que en la vida cotidiana los destaca, y que al final, es consecuencia de lo anterior. Al final, un maravilloso contraste entre culturas.

Muy silenciosos
Como latinos, nuestra naturaleza es escandalosa y sobre expresiva. El japonés, por raíz, es contenido y con dificultad da a notar sus emociones. No dice más de lo que considera necesario. Por lo tanto, si estás ahí, tendrás que ser discreto, pues no les gusta ni están habituados a que la gente sea ruidosa.

El desorden los confunde
Volvemos a la cuestión del espacio. Una de las características de Japón es que es un país con un altísimo índice poblacional. Ser una isla ha provocado que su espacio vital se haya visto enormemente reducido. Los hogares suelen ser muy pequeños y la sociedad ha tenido que adaptarse a eso.

En consecuencia, se volvieron expertos y brillantes en la practicidad, la limpieza y el orden. De ahí se entiende que el estilo minimalista sea mayormente japonés. No es un gusto, sino una necesidad.

En ese sentido, funcionan con orden y respeto por el espacio del otro; hacer colas y especialmente respetarlas. Si en la calle te detienes, es probable que la persona detrás de ti se espere a que avances. Por esa razón, les cuesta mucho esquivar obstáculos, pues estos salen de lo establecido.

Bares y cafés de mascotas
A falta de tiempo y lugar, las mascotas son un verdadero lujo. Una persona que trabaja todo el día y no tiene horario para cuidar de un animal entiende que no puede tenerlo. Eso solo lo hace quien cuenta con el tiempo, espacio y dinero.

No obstante, no ha sido impedimento. Los japoneses aman a los animales, así, para saciar sus gustos y liberar estrés crearon los bares y cafés de gatos, perros, con acuarios o hasta búhos, donde mientras disfrutas de una sabrosa bebida, puedes pasar tiempo en compañía de una tierna criatura. Todo, sin duda, bajo estrictas normas sanitarias que protegen, sobre todo, a los animales.

Pueden dormir en cualquier esquina
En Japón es tradición la siesta, pero también es conocido por sus largas jornadas laborales. No obstante, una cosa no ha mermado la otra. Si bien, el transporte público es un lugar donde en todo el mundo se ve gente durmiendo, ellos no dejan de sorprendernos.

Es muy común advertir a uno que otro dormido en los trenes, e incluso en sus puestos de trabajo. Sorprendentemente, no está mal visto dar una cabezada en la oficina, esto significa que quien lo hace ha trabajado mucho.

Así, cualquier lugar, como un café, una banca o un ratito de pie sin moverse, es perfecto para echar pestañita.

Obsesión por la belleza
Como efecto de la occidentalización que ha impuesto ciertos estándares de belleza, países como Japón, no se han quedado atrás en innovación. Es sabido que en las secciones de belleza dentro de las tiendas, existen todo tipo de postizos, entre ellos, algunos para hacer que los ojos se vean más grandes.

Contacto físico
Como parte de su cultura, en Japón las formas de expresar cariño no están relacionadas con el contacto físico en público. Una de las buenas costumbres consiste en saludar, inclinando la cabeza hacia adelante, con respeto a la distancia, sin besos. Será extraño llegar a encontrar a una pareja mostrando cariño en la calle. A mayor inclinación de la cabeza, mayor el nivel de formalidad y respeto. Como pudiste leer, la cultura japonesa es fascinante, y encanta saber como siempre podemos aprender de ellos, y de todo lo que en su historia han creado.

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